El pasado fin de semana me encargaron una tarta muy especial era para un 50 aniversario de bodas!!! tooodo un mérito llegar a esa cifra así que había que esmerarse, al principio el encargo era una tarta de dos pisos con las figuras de la pareja en el superior, este iba a ser falso para que así pudieran guardar las figuras. Al final me pidieron que aparecieran también los hijos del matrimonio y hubo que acomodarlos en la tarta. Aquí tenéis a la familia en pleno!!
El cabeza de familia tiene una cetárea de mariscos de ahí que tenga un bogavante en la mano... y por lo que me contaron no se quita esas botas lila ni para dormir... Fueron unas cuantas horas modelando pero el resultado mereció la pena.
Cuando entregué la tarta el domingo, los hijos de la pareja quedaron encantados!!! había merecido la pena las horas de sueño perdidas...
Pero el Lunes me surgió un debate interno... me llamó la chica que me había encargado la tarta y me contó que su madre no les había dejado cortar la tarta... que la quería guardar, yo le insistí que la de abajo era tarta y que la tenían que comer... la querían conservar hasta la semana siguiente para que la vieran unos amigos, pero me contaban que se le estaba cayendo el brazo a uno y que el 50 se desprendía... a mí esto ultimo me parecía imposible... y al final me confesó que la tarta estaba en la nevera, así que ya no se podía guardar ninguna de las figuras... la humedad ya había hecho su efecto... Me pasé toda la tarde pensando si realmente merece la pena tantas horas de trabajo para una tarta... así que estoy meditando seriamente pasarme a la porcelana fría porque así la gente puede guardar las figuras sin problema y yo me quedo más tranquila.
A ver si me ayudáis a resolver mi dilema...
2 comentarios:
¡GUAU! Impresionante!!!!
Graaaacias Aprendiz de repostera!!! ;-))
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